Cada que piensas en una meta trazas un camino para tener un resultado, hay que recorrerlo para alcanzar lo que se quiere lograr, sin embargo aparecen temores que no ayudan a avanzar como pretendemos.
“La atención da energía, la intención transforma” Deepack Chopra.
El éxito no es nada más que el logro de metas propuestas ya forjadas, cada una implicó energía que ahora forma parte de tu experiencia.
Solamente hay que pedir las cosas con auténtica convicción y se harán realidad, qué es lo que quieres y hacer que suceda. En el momento de que tomas la decisión de lo que anhelas transformar en tu vida las cosas empiezan a acomodarse de tal manera que se abren los espacios para que sigas el sendero que te lleve a obtener dicha meta. Aquí la fe y la confianza son fundamentales para asumir cambios, además de que pensar en positivo desenmaraña todo temor.
Pensar qué deseas es como plantar una semilla en la tierra, el universo recibe tu orden y empieza a trabajar en ello, obviamente no puedes estar desenterrando la semilla para verificar si efectivamente ya está germinando, todo esto lleva un proceso que implica tiempo y si las cosas no llegan en los plazos que marcamos comenzamos a desesperarnos y a veces abandonamos la idea, pero qué crees, es importante tener convicción y seguir adelante con lo que pides. Afanarse en el concepto de que ese objetivo es lo que aspiras para ti y es ecológico con tu entorno.
Una técnica de la Programación Neurolingüística es que veas más allá, pon en una hoja de papel lo que quieres alcanzar, colócale imágenes (cómo te verás cuando lo hayas logrado), sonidos (qué te dirá que ya estás ahí) y sensaciones (qué emociones tendrás); ahora guarda esta página y llévala contigo a siempre. Léela diariamente, así confirmarás o irás modelando tu meta, evócala, notarás que tendrás fuerza y llegarán nuevos recursos que te llevarán hacia ella.
Te aviso que no todo es desear o tener la intención, saber a dónde vas es importante, pero hay que hacer que pase. Este proceso radica en cuatro puntos: decidir, empezar, continuar y terminar.
DECIDIR lo que quieres responsablemente y con compromiso hacia ti mismo. Todo se emprende con decidir, somos el resultado de nuestras decisiones, recuérdalo.
EMPEZAR es llevar a la realidad lo que quieres hacer, simplemente da un primer paso y ya estarás en el camino, así darás otro y otro y sin darte cuenta ya estás avanzando.
CONTINUAR para dar seguimiento, pensamos que con iniciar ya cumplimos, pero no nos detenemos a ver si ese camino es el correcto o hay que cambiar el rumbo o las necesidades aparecerán con esta transformación.
TERMINAR en este punto nos daremos cuenta si ya llegamos, si es mejor de lo que vislumbramos o qué falta, y valoraremos el camino recorrido para cerrar el ciclo, te aseguro que regularmente es mejor de lo que esperábamos.
Estos pasos figuran un proceso simple, es un ciclo que estructura, representa y decreta cada nivel avanzado. Es muy importante que analices en dónde estás, ya decidiste qué vas a hacer, cómo vas a comenzar, cómo sabrás que ya estás en la línea hacia ese objetivo y de qué manera sabrás que ya llegaste a la meta. Hazte estas preguntas verás que comienzan a organizarse las ideas para seguir una excelente estrategia a tu destino.
Pensemos en un ejemplo de moda como los superhéroes, recapitulamos los pasos que siguió esa persona común para convertirse en el gran superhéroe o villano que es actualmente, la crisis que padeció y el éxtasis de transformarse en alguien diferente a los demás, aprendiendo, reconociendo y explotando sus nuevas condiciones.
Entendemos la meta como algo lejano, como un gran total, olvidando todo lo que hicimos para llegar; pero recordar la labor, los momentos divertidos, de pasión, de trabajo o que sentíamos como causa perdida es que podremos disfrutar realmente el haber alcanzado la cima. Tal vez habrá obstáculos, pero reconocerlos como pruebas ayuda a superar y darnos cuenta de nuestra voluntad que hará que las cosas sucedan.
Un grupo español llamado el Mago de Oz dice en una canción: “cuando muere un sueño es porque ya se cumplió”, así es, un sueño o meta lleva un tiempo y un espacio concluyentes en un recuerdo, un aquí y ahora que vivimos y conforma nuestros aprendizajes que serán parte de nuestro pasado y nos dan fuerza para construir el futuro. Vivir, disfrutar la trayectoria hacia un sueño o una meta es la línea a seguir, finalmente se convertirá en parte de nuestra historia personal y es mejor saber que lo hicimos a quedarse con las ganas.
Que disfrutes de alcanzar tus metas (me gusta más llamarlos sueños) y recuerda que cada quien es responsable de convertirse en superhéroe o seguir siendo un sujeto común esperando a ser rescatado sin éxito.
Artículo publicado para Gestiopolis.com
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